Las frases de Louise Hay hablan de gratitud, amor y sanación. Son un regalo para todo aquel que quiera reflexionar, aprender y crecer a nivel personal. Un legado repleto de sabiduría que vale la pena leer o recordar, en caso de ya haber pasado por él, en varios momentos de nuestras vidas.
Louise Hay fue una escritora y oradora estadounidense. Es considerada como la madre del crecimiento personal y la precursora de los libros de autoayuda. Dos de sus bestsellers más conocidos son Usted puede sanar su vida (1984) y El poder está en ti (1991). Ambos dejan claro que para avanzar, crecer y fortalecernos tenemos que descubrirnos y conocernos. Al igual que nos avisa de lo peligroso que puede ser utilizar mal el poder de nuestros pensamientos.
Su filosofía personal estuvo marcada por una infancia traumática y una adolescencia marcada por el abuso. Un camino repleto de heridas emocionales, raíces de una baja autoestima que con el paso de los años aprendió a gestionar a través de la meditación, las afirmaciones positivas y diversas prácticas espirituales.
Gracias a ello, Louise Hay aprendió a amarse a sí misma, a soltar el rencor por las experiencias traumáticas vividas y a perdonar a quienes tanto sufrimiento le causaron. Sus frases son un espejo honesto: transmiten todo lo aprendido en ese emocionante viaje por el tiempo que es la vida. Grandes lecciones que conviene guardar como un kit de salvamento para nuestros momentos más grises.
La importancia del presente
“El poder está siempre en el momento presente”.
El presente es la oportunidad. El momento más valioso y único para actuar. El instante a partir del cual vivir conectados a nosotros mismos y ser capaces de elegir qué hacer en nuestras vidas y disfrutar.
Vivir con prisas enfocados en lo que deseamos o esclavizados a lo que un día vivimos nos impide sentir el ahora. Louise Hay lo tenía muy claro: el poder de disfrutar y cambiar reside en el hoy. El resto solo es culpa o ilusión.
El perdón como acto liberador
“El perdón es para ti porque te libera. Te permite salir de la prisión en la que estas”.
Esta es una de las frases de Louise Hay que necesitamos tener en cuenta cada día. Perdonar es un acto liberador que nos permite liberarnos de las ataduras de la amargura y el pasado. Una decisión personal, no una obligación.
El perdón es el salvavidas del odio y el rencor. La oportunidad de romper y sanar el resentimiento producido por aquello que tanto nos hirió.
La comprensión del comportamiento de nuestros padres
“Si quieres entender más a tus padres, haz que hablen sobre su propia infancia; y si escuchas con compasión, aprenderás de donde vienen sus miedos y patrones rígidos”.
Probablemente esta sea una de las frases de Louise Hay que más nos invita a la reflexión en el campo de las relaciones familiares, aunque bien puede extenderse a todo tipo de relaciones. En esos momentos en los que no comprendemos a nuestros padres, viene bien tenerla presente.
Cada uno de nosotros somos una colección de historias y experiencias, un cúmulo de circunstancias y conocimientos que hemos ido aprendiendo a lo largo del tiempo. Y es la infancia una de las etapas más vulnerables a las influencias externas. Nacemos como esponjas que absorben el mundo que les rodea. De ahí que muchos de nuestros comportamientos y perspectivas sobre la vida tengan su origen en nuestros primeros años. Todo influye.
Por eso es importante tener en cuenta que en la mayoría de las ocasiones cada uno de nosotros actúa de la mejor manera posible, de la única forma que sabe. Puede no ser la correcta o la adecuada, pero es la opción que mejor consideramos en ese momento por el peso de nuestro bagaje. Y al igual que nosotros, nuestros padres, amigos o pareja. Otra de las frases de Louise Hay lo refleja muy bien:
“Si tu madre no sabía cómo amarse a si misma, o tu padre no sabía cómo amarse a si mismo, sería imposible para ellos enseñarte cómo amarte a ti mismo. Estaban haciendo lo mejor que podían con lo que se les había enseñado de niños”.
Además, nos invita a reflexionar sobre las consecuencias de las heridas emocionales en los demás. Si nuestros padres son vulnerables al abandono o al rechazo, carecen de amor propio o no saben gestionar sus emociones, de algún modo nos influirá, sobre todo en la infancia. Sus heridas empañan todo su ser, las llevan a cuestas e influyen en sus comportamientos y formar de sentir.
Quizás, cuando éramos pequeños, no entendíamos demasiado. Sin embargo, más adelante, con el desarrollo de nuestras capacidades cognitivas, muchos de nosotros hemos llegado a ser conscientes del peso de sus heridas y de cómo estas nos han influenciado. Muchas de las decisiones que tomaron no fueron conscientes y en muchos casos lo hicieron lo mejor que pudieron, anteponiendo nuestros intereses a los suyos en un ejercicio de generosidad que, a medida que pasan los años, más nos asombra.
El amor como motor de la vida
“El amor es la gran cura milagrosa. Amarnos a nosotros mismos hace milagros”.
Para Louise Hay, el descubrimiento del amor propio supuso un antes y un después. Antes de quererse, se despreciaba, se trataba mal y se culpaba por todo. Era su enemiga. Una vez que abrió los ojos al amor, todo adquirió un color diferente. Comenzó a respetarse, a cuidarse y valorarse como se merecía y a partir de ahí, todo cambió.
“Ama quién eres y qué eres y lo que haces”.
El amor es el motor de la vida; una cura milagrosa, como expresa Louise Hay, que cuando entra en nuestra vida transforma lo que encuentra a su paso. Cuando nos amamos, tenemos el poder para cambiar y reconstruirnos, y sobre todo para sanar nuestras partes rotas. Ahora bien, si nos cerramos a él, es fácil que quedemos atrapados por el sufrimiento, la desidia y el estancamiento.
La creación de lo que pensamos
“Si quiero creer que la vida es solitaria y que nadie me ama, eso es lo que encontraré en mi mundo”.
Esta es otra de las frases de Louise Hay que hay que tener presente cada día. Lo que creemos, creamos. La perspectiva que elijamos determinará nuestro día día. Y en eso, mucho tienen que decir nuestros pensamientos. La calidad de nuestras creencias nos otorgará o nos arrebatará poder. De ahí que cuidar nuestros pensamientos sea tan importante. Tienen el poder de transformar nuestra vida y determinar cómo nos sentimos.
Como vemos, las frases de Louise Hay son un valioso legado, no solo por lo que transmiten, sino también por todo lo que inspiran. A través de ellas, nos invita a conocer el mundo desde otra perspectiva, esa donde el amor y el perdón imperan. Palabras a las que podemos recurrir si necesitamos reflexionar y crecer.
Los errores como oportunidades para aprender
“Cuando me equivoco, me doy cuenta que no es más que una parte de mi proceso de aprendizaje”
Para Louise Hay nuestras equivocaciones son oportunidades para aprender. Sin embargo, para la mayoría de las personas las fallas son lo menos esperado, pero aun así suceden.
Existen muchos motivos que pueden que nos equivoquemos. Entre ellos están la desatención, la falta de interés, una excesiva carga cognitiva, una deficiencia intelectual, timidez, desequilibrio emocional, prejuicios, etc.
En estos casos, cuando el desacierto ocurre, podemos asumir 2 posturas:
Ignorarlos, intentar ocultarlos, no reconocerlos, buscar culpar a otros.
Aprender de ellos, descubrir la oportunidad que nos ofrece para mejorar.
Aprender de los errores es la mejor alternativa e implica hacer de los mismos una lección. El objetivo es ser mejores personas y actuar mejor en situaciones futuras.
A veces, no resulta una tarea fácil. Sabemos que los fracasos pueden despertar mucha frustración. No obstante, en estas situaciones podemos traer a colación este pensamiento y, poco a poco, empezar a ver a las fallas desde otra perspectiva.
Llegará un punto donde reconozcamos que, mientras más errores cometamos, menos posibilidades tendremos de hacer mal las cosas. Así, seremos personas más experimentadas y estaremos más orientadas a nuestros objetivos.